Hace unas semanas saqué la Ducati de su letargo estival dando un paseo a Tenzuela por la conocida ruta de La Morcuera y Navafría, un buen par de puertos. Recorrerlos es siempre bonito y hacerlo entre semana es impagable, apenas te cruzas con un par de coches, como ya te has acostumbrado a ir completamente solo, te pegan un sustico que te hace mantenerte alerta.
Alargué un poco hacia el norte de Segovia, por la N-110, que es una carretera mu maja y mu noble, me desvié hacia Cañicosa, donde iba de pequeño a un campamento vegetariano. No llevéis nunca a los niños a campamentos vegetariano. Nos hacían meditar un rato por la mañana, antes de desayunar, en una habitación grande, de madera, que olía a campo recién despierto, a rocío, a mañana fresquita. Eso estaba bien. Total, que bebí agua del manantial que hay en pueblo y me fui hacia Pedraza y Sepúlveda, por carreteras rápidas y muy bonitas, buenos asfaltos y anchascastilla.
Sepúlveda, precioso sitio, estaba en fiestas, los chavales con el litro en la mano a eso de las 5, decidí que otro día volvía a verlo, me asomé al cañón del Duratón y hacia Cantalejo, por pinares con arena de río y rectas interminables. Al rato llegúe a Turégano, cafelito para mi y ronda de fusibles para la moto, que llevaba tres, un cable pelao o algo.
En fin, la segunda parte de la ruta no mereció mucho la pena en cuanto a carreteras, pero es un paisaje rato majo. La primera cada día me gusta más. Como siempre, sin fotos.
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